Este es el estado actual del Príncipe Demonio que ayer cayó en mis manos:
Poco a poco voy montándolo y rematando las junturas con masilla verde. La verdad es que me esperaba un encaje mejor de casi todas las piezas: hay huecos entre casi todas las piezas que he tenido que rellenar, y un par de líneas de molde bastante horribles que tuve que cubrir con masilla. No es una miniatura original, sino una copia, por lo que no sé hasta qué punto las de FW también tendrán estos defectillos. Al ser un bicharraco de Nurgle, no es difícil rellenar huecos y junturas y darle un acabado putrefacto, pero la verdad que no es una miniatura sencilla de montar bien.
A sus pies veis dos alas que irán en su espalda. Sí, lo sé, parecen demasiado pequeñas. Pero si aceptamos que un bicho putrefacto de ocho toneladas puede volar, creo que el tamaño de las alas se convierte en irrelevante. Las alas, por cierto, son de una ancestral miniatura de plomo (no de metal blanco ni sucedáneos) de un Horrendo Cazador de La Llamada de Cthulhu. Unos detalles esculpidos con masilla y listo.
No quiero acabar sin criticar los puñeteros cables que van desde la barrica que lleva a la espalda del Príncipe hasta su brazo izquierdo (el de los cañones). ¿Cómo coño se colocan en su sitio? Van enganchados en dos huecos a la vez, cada uno de los cuales está, a su vez, en una pieza distinta. Tienes que tener tres manos para manejar a la vez las tres piezas, o de lo contrario es un suplicio colocarlos. Yo acabé cortándoles un extremo, colocándolos en su sitio y esculpiendo luego lo que tuve que cortar. ¡Qué coñazo!
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