lunes, 3 de marzo de 2014

Rolemaster: el Rey de Andrajos (V)

Bueno, bueno... Parece que los aventureros finalmente han encontrado un objetivo adecuado para desatar su ira. Obligando al asustado Ailon a marchar con ellos en calidad de guía, parten hacia el norte en busca del campamento base de Gelodoc y sus montañeses. Se avecinan tres días de viaje por tierras frías y poco pobladas, y seguramente un colofón violento y lleno de entrañas.

Lo primero que ven en su viaje es una humareda negra que se levanta no lejos del camino. Se acercan y comprueban que la granja de la familia de pastores de Breloc ha sido atacada (por otras personas, quiero decir) e incendiada. En el interior encuentran algunos cuerpos, pero no hay rastro de los dos niños que habían visto. Parece que la familia ha pagado caro su flirtreo con los montañeses y, sobre todo, haber dado información al grupo (aunque fuese poca).

Esa misma noche acampan a una respetable distancia de Winarom. El tiempo es frío y la noche parece tranquila. Ya casi al alba, un jinete pasa cerca del campamento apresuradamente, sin ver al grupo. Le dan el alto y resulta ser un soldado de Ciudad Lacustre (la mayor ciudad de la zona, río abajo) que regresa de una misión de exploración. Cuenta, asustado, como en mitad de la noche vio unas siniestras formas humanas vestidas de negro, que le produjeron un gran terror. Advierte a los aventureros que tengan cuidado en estas tierras, pues además de esas "sombras" hay grupos errantes de montañeses de actitud hosca. Dicho esto, prosigue su viaje hacia Winarom.

Al día siguiente se produce un encuentro que acaba, como no podía ser de otra forma, en violencia. Apenas se ponen en camino, el grupo ve a lo lejos otro campamento. Son cuatro hombres, dos de ellos a caballo, que están recogiendo sus pertrechos y se disponen a seguir su viaje hacia el norte. Parecen montañeses. Vania y Gáladhon, los más sigilosos, les siguen a cierta distancia, mientras el resto del grupo va un poco más atrás. Unos kilómetros más adelante, los montañeses se percatan de que el grupo les sigue y se detienen. El que parece el líder da unas cuantas órdenes y galopa hacia el norte con su caballo. Los demás se vuelven, dispuestos a combatir. Vacilan un momento cuando ven aparecer al resto del grupo, pero ya es muy tarde para evitar la lucha. Xhioj parece empeñado en pifiar una y otra vez con su temible hacha, ofreciendo un lamentable espectáculo. Wulgrum apalea a uno de los montañeses, mientras Gáladhon deja turulato al jinete con sus poderes mentales. Curiosamente, la más letal del grupo resulta ser Vania, la ladrona.

Amanaki, por su parte, sale disparado con su corcel tras el líder del grupo, que no se percata de ello hasta que tiene al nómada casi encima. Amanaki hace una espléndida demostración de lucha a caballo: a flechazos derriba al montañes y acaba matándolo cuando ve que está poco dispuesto a rendirse.

Ninguno de los montañeses sobrevive al encuentro. Todos llevan el colgante del Rey de Andrajos. Ailon dice que en el campamento puede haber veinte o treinta hombres pero, a la vista del poderío del grupo, empieza a pensar que la victoria no es descabellada...

Día y medio más tarde, el grupo llega a las cercanías de la base de operaciones montañesa. Ailon, que ya la ha visitado, la describe con detalle y les recomienda encarecidamente no atacar a lo loco. Al final deciden rodear la montaña en cuya ladera se asienta el campamento, tratando de encontrar una ruta alternativa para infiltrarse. Esa misma noche se internan en las montañas y encuentran un desfiladero, razonablemente transitable, que desemboca en el campamento. Vania, por ser la más dotada para asuntos subrepticios, se interna en el campamento y lo que ve es lo siguiente: alrededor de doce tiendas de pieles, con una más grande en el centro y un par de hogueras y braseros encendidos. El campamento se asienta sobre un "escalón" natural en la ladera de la montaña, y a su entrada principal se llega subiendo un camino en zigzag que asciende por la propia ladera.

No contenta con esta exploración, Vania decide entrar en una de las tiendas, a ver qué hay... Hace esto varias veces y asesina silenciosamente a cuatro pobres montañeses dormidos. Gáladhon, con élfico sigilo, se le une; entre ambos escuchan lo que parece ser la voz de un niño y no dudan en entrar en la tienda de la que proviene. Allí ven a un pobre chaval atado a un poste, uno de los hijos de la familia Cunlac. Gáladhon lo desata y planea cómo salvarlo; luego cambia de opinión y busca una antorcha con la que empezar un inocente fuego en las tiendas.

Mientras tanto, Amanaki el Nómada también se escurre en las sombras y encuentra una buena posición en las rocas que dominan el campamento. Saca su arco y espera a alguna presa interesante.

Justo en ese instante, las ansias asesinas de Vania hacen que se encuentre con un montañés trasnochador, que se sorprende de verla. La pelea que sigue alerta a todo el campamento y hace que todos tengan que huir perseguidos por una veintena de montañeses. En ese instante, una figura emerge de la gran tienda central, echa un vistazo a las llamas que lamen ya alguna de las tiendas y escucha el jaleo. Con gran aplomo ordena a los hombres que apaguen las llamas y aplasten a los intrusos. Es Gelodoc, el líder de los montañeses del Rey de Andrajos. A pesar de su férrea presencia, una flecha bien dirigida por Amanaki le obliga a buscar refugio. ¡El nómada ha estado a punto de acabar con su vida! Gelodoc toma buena nota mental de prevenirse contra futuras incursiones por parte de intrépidos aventureros.

Gelodoc, sonriendo
El grupo entero sale corriendo ante la seperioridad numérica de los montañeses. Xhioj, hombre de constitución fuerte pero no muy ágil, se va quedando atrás hasta que el más ágil de los perseguidores le alcanza. Se vuelve y ve a un montañés fornido con un enorme hacha; con tan mala suerte que resbala al tratar de atacarlo y cae rodando por el borde del desfiladero hacia un destino desconocido. Los demás alcanzan sus caballos, dejando atrás a los montañeses.

Merece la pena mencionar que, mientras huyen, un par de aventureros ven una extraña construcción en la ladera de la montaña, sobre el campamento. Parece una especie de parapeto o defensa contra la nieve, como un tejado construido precariamente con troncos y listones. Un retorcido sendero de aspecto peligroso sube desde el campamento hasta esa especie de "dique", permitiendo a los montañeses acceder a él. Sobre el parapeto se acumulan grandes cantidades de nieve. ¿Cuál puede ser su utilidad?

Han sobrevivido a la primera incursión seria contra Gelodoc y sus hombres. Lo malo es que Xhioj se encuentra desaparecido en algún barranco y que el grupo ha perdido el factor sorpresa.

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